Los embriones, ¿piezas de repuesto o vida humana?
Sacrificados en aras de la
investigación
LONDRES, sábado, 19 febrero 2005-
La
Autoridad para Fertilización Humana y Embrionología del
gobierno británico ha dado el visto bueno a la clonación de embriones humanos.
La BBC informaba
el 8 de febrero de que el creador de la oveja Dolly, Ian Wilmut, había obtenido
la licencia para clonar embriones para un estudio de la enfermedad neuronal
motora. Ésta es la segunda vez que la autoridad de fertilización da su
aprobación a la clonación humana desde que ésta se hiciera legal en el Reino
Unido el año 2001.
Wilmut, junto a investigadores del Kings
College de Londres, planea clonar embriones que tengan la enfermedad para
estudiar cómo se desarrolla en sus primeras etapas, y probar nuevos medicamentos
para ver cómo funcionan. Algunas organizaciones de pacientes, incluyendo
la
Asociación de la Enfermedad Neuronal
Motora, han apoyado la propuesta.
Sin embargo, no todo el mundo ha
celebrado la noticia. En una nota de prensa el día 8 de febrero de
la Sociedad
para la
Protección de los Niños no Nacidos, el secretario de la
organización, Anthony Ozimic, atacaba la investigación de Wilmut. «Cualquier
‘licencia para clonar y asesinar’ golpea el mismo corazón de la regla básica de
nuestra sociedad para vivir juntos en paz, que es ‘no asesinar al inocente’,
puesto que el proceso de clonación asesina a muchos niños humanos embrionarios
en su etapa de vida más vulnerable», afirmaba Ozimic. «Todos los asesinados son
únicos, nunca podrán ser sustituidos, individuos humanos totalmente
inocentes».
Otra nota de prensa, publicada por Julia
Millington, directora de la Alianza ProVida, indicaba:
«Toda clonación humana es intrínsecamente mala y debería prohibirse. Sin
embargo, resulta especialmente repugnante la creación de embriones humanos
clonados que serán destinados a la experimentación y a su subsiguiente
destrucción».
Además, Millington cuestionaba la
aprobación para el uso de embriones en un momento en el que se informa de que la
mayoría de los mayores avances científicos se han dado utilizando células madre
de adultos, éticamente aceptables, y células tomadas del cordón umbilical de
bebés recién nacidos.
En Estados Unidos, la Asociación Médica
Cristiana también tomó en consideración el plan de Wilmut. En una nota de prensa
del 8 de febrero, David Stevens, director ejecutivo de esta asociación de 17.000
miembros, afirmaba: «Se está vistiendo al lobo con piel de oveja al sostener que
de alguna manera se está ayudando a la humanidad cuando de hecho se están
asesinando seres humanos vivos». Y continuaba: «La así llamada clonación
terapéutica poco terapéutica resulta para los sujetos humanos vivos que se
destruyen en el proceso».
Cambio en
España
También en España hay malas noticias
para los embriones. El 8 de febrero, la Ministra de Sanidad, Elena Salgado,
anunciaba una nueva propuesta para regular la fertilización in Vitro. La medida
podría entrar en vigor a finales de año, y representaría una sustancial
relajación de la normas aprobadas por el anterior gobierno en el 2003, informaba
el 8 de febrero el diario español ABC.
Entre los cambios anunciados por Salgado
estaría el permitir a los padres escoger los embriones que puedan ayudar a curar
a sus hijos ya nacidos, usando la diagnosis genética de preimplantación. La
legislación prohibiría la clonación para fines reproductivos, pero se mantiene
en silencio sobre si la permitirá para fines de
investigación.
La legislación podría también permitir
la investigación con los embriones «sobrantes» de los tratamientos de
fertilización in Vitro. Esto constituiría un cambio con respecto a la
legislación del 2003 que sólo permitía la investigación con los embriones que ya
estaban congelados en el momento de entrar en vigor la
ley.
«Pre-embriones»
En la misma fecha, el pasado 8 de
febrero Mons. Elio Sgreccia, presidente de la Pontificia Academia para
la Vida,
publicaba un artículo sobre cuestiones relacionadas con el embrión humano.
Escribiendo en el periódico italiano Corriere della Sera, Mons. Sgreccia
observaba que muchos investigadores justifican la utilización de un embrión,
durante sus primeros días de vida, negando que haya alcanzado la etapa en la que
es verdaderamente humano. Así, durante los primeros 14 días, los investigadores
suelen hablar de etapa de desarrollo del
«pre-embrión».
Sin embargo, Mons. Sgreccia observaba
que, desde un punto de vista meramente científico, resulta perfectamente
evidente que, desde el momento en que el óvulo es fertilizado por el
espermatozoide, hay una forma distinta de vida con su propia identidad genética
y unidad biológica. Además, tras la fertilización inicial no hay un cambio
cualitativo subsiguiente que afecte al proceso de desarrollo de la nueva
vida.
Mons. Sgreccia añadía que, desde el
punto de vista moral, es suficiente con la simple sospecha de la posibilidad de
que en el embrión nos encontremos ante una persona humana para prohibir su
utilización en la investigación científica. Por eso, la Iglesia ha insistido en el respeto
absoluto del derecho a la vida desde el momento de la
concepción.
Lucha por definir la
vida
El estatus humano del embrión está
siendo debatido en los tribunales, con algunos resultados positivos. Hace dos
semanas el juez del condado de Cook, en el estado de Illinois, permitió a una
pareja de Chicago encausar a una clínica de fertilidad que destruyó uno de sus
embriones. Un reportaje del 5 de febrero en el Chicago Sun-Times explicaba que
Alison Miller y Todd Parrish habían acudido al Centro para Reproducción Humana
para recibir ayuda en la concepción de un hijo, pero uno de los óvulos
fertilizados fue descartado por error por un trabajador de la
clínica.
En su decisión, el juez Jeffrey Lawrence
II afirmaba que «un pre-embrión es un ‘ser humano’... esté o no implantado en el
vientre de su madre». Como resultado, la pareja puede buscar la misma
compensación concedida a otros padres cuyos hijos son asesinados. Los
comentaristas observaban que la resolución casi seguramente que sería
apelada.
Otro caso legal reciente relacionado con
la vida no nacida ha sido el del asesinato de Laci Peterson, que estaba
embarazada cuando su marido la asesinó. El largo proceso legal terminó el pasado
noviembre, cuando Scott Peterson fue declarado culpable por un jurado. El jurado
condenó a Peterson por el asesinato en primer grado de su esposa y por el
asesinato en segundo grado de su hijo no nacido de 8
meses.
En un artículo publicado el 13 de
noviembre en el Christian Post, una analista de Focus on Family, Carrie Gordon
Earll, explicaba que «la condena por asesinato de Scott Peterson en la muerte de
su esposa y su hijo no nacido, Conner, es una evidencia más de los crecientes
cambios en las leyes americanas sobre protección de toda vida humana, incluyendo
los jóvenes humanos que todavía residen en el vientre de su
madre».
El año pasado, el Tribunal Supremo de
California dictaminó que se podría utilizar una ley estatal de 1970 para acusar
a asaltantes por la muerte del feto cuando una mujer embarazada es atacada. Los
cargos de asesinato del feto pueden ser presentados incluso aunque el agresor no
sepa que la víctima estuviera embarazada, informaba el 6 de abril el Los Angeles
Times.
Aunque limitada, el embrión obtuvo otra
victoria con una decisión del Tribunal Supremo de Kentucky. El tribunal
dictaminó que se pueden presentar acusaciones de asesinato si el feto en el
momento en que fue asesinado habría sido viable fuera del vientre materno. El
tribunal acababa así con una sentencia de hace 21 años que había prohibido los
cargos de homicidio contra quien es acusado de asesinar un feto, según informó
el 18 de junio el periódico Courier-Journal de
Louisville.
En su decisión, el Tribunal Supremo de
Kentucky definía al feto como persona en el momento en que fuera viable. La
sentencia no decide sin embargo sobre la constitucionalidad de la nueva ley de
«homicidio fetal» aprobada el año pasado por el legislativo de Kentucky. La ley
permite que se presente la acusación de homicidio cuando un feto es asesinado –
sin importar si es viable o no.
Otro caso del 2004 tuvo que ver con
Quenten Qortez Thompson considerado culpable por un jurado de Wisconsin del
asesinato de un feto, informaba el 11 de junio el Milwaukee Journal Sentinel.
Thompson fue declarado culpable del homicidio en primer grado intencional de
Nicole Blake y del homicidio en primer grado de su hijo no nacido, según una ley
de 1998.
Durante sus primeras etapas de
desarrollo, el embrión sigue bajo la amenaza de los investigadores científicos
que parecen considerarlo como fuente de repuestos.
Fuente: ZENIT.org,
ZSI05021901